En nuestro entorno, es habitual cambiar la viscosidad del aceite después de 100.000 km de funcionamiento del motor del vehículo, por ejemplo, de 10W40 a 15W40 o 20W50; el motivo es la creencia generalizada de que un aceite más espeso resolverá los problemas de desgaste. ¿Es cierto este mito?
Recuerda que la viscosidad es la resistencia al flujo de un fluido. Un fluido de alta viscosidad se resiste al movimiento porque su estructura molecular provoca una alta fricción interna. Por el contrario, un fluido de baja viscosidad fluye fácilmente porque su estructura molecular provoca poca fricción durante el movimiento.
«La viscosidad no debe cambiarse hasta que el equipo haya llegado al final de su vida útil.
La viscosidad del aceite del motor es la recomendada por el fabricante. Se realizan extensas pruebas previas para garantizar que el aceite cumple con las condiciones de funcionamiento para las que se ha diseñado el motor, por lo que la viscosidad sólo debe cambiarse al final de la vida útil del equipo. Esto garantizará que el equipo funcione correctamente durante toda su vida útil. Si hay un problema mecánico causado por un desgaste excesivo, el aumento de la viscosidad puede considerarse una medida paliativa para ganar tiempo y remediar la causa. Sin embargo, los lubricantes no resuelven los problemas mecánicos.
Tabla de viscosidad recomendada en el manual del propietario
El manual del propietario tiene una tabla de viscosidades recomendadas para el motor (véase la tabla anterior). Estas opciones de viscosidad se dan en función de la temperatura ambiente a la que funciona el motor. En zonas donde la temperatura ambiente puede variar de -40° a +40° Celsius, lo ideal es utilizar un grado SAE que funcione en el rango de temperatura más alto, como SAE 0W20 o 0W30, o SAE 10W30 si el motor funciona en zonas cálidas con una temperatura sostenida superior a los 15° Celsius. En cualquier caso, recuerde leer el manual del propietario.