De donde viene el combustible que hace funcionar un auto

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El petróleo crudo se extrae de un pozo y se transporta a una refinería, donde los distintos hidrocarburos que lo componen se separan entre sí y se reciclan.

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La gasolina es uno de los principales derivados del petróleo, una mezcla de hidrocarburos (moléculas de carbono e hidrógeno) procedentes de la descomposición de organismos vegetales y animales que se han acumulado en el fondo del mar y en los lagos, enterrados bajo altas presiones y temperaturas durante millones de años.

El petróleo crudo se extrae de un pozo petrolífero en tierra o en el mar y se transporta a una refinería donde se separan los hidrocarburos individuales que lo componen para su posterior uso. La gasolina se fabrica a partir de petróleo crudo refinado y se utiliza principalmente como combustible. Es vital para la red de transporte mundial, ya que es el principal combustible para los motores de combustión interna que impulsan la mayoría de los coches y otros sistemas de transporte.

Para fabricar la gasolina actual, primero hay que calentar el crudo. A medida que aumenta la temperatura, los compuestos con menos átomos de carbono en las moléculas (que son gaseosos) se liberan fácilmente; luego se evaporan los compuestos líquidos, que también se separan, y así sucesivamente hasta obtener diferentes secciones. Esto tiene lugar en la torre de destilación, que es el núcleo de la refinería. En su interior, el crudo se calienta a 400 °C, lo que hace que los vapores suban por las distintas secciones, donde las sustancias se condensan según sus propiedades.

Los primeros vapores que se condensan son el gasóleo pesado a unos 300 °C, seguido del gasóleo ligero a 200 °C, luego la parafina a 175 °C, la gasolina y, por último, la gasolina y los gases combustibles, que salen de la torre de fraccionamiento todavía en forma de vapor a 100 °C. Esta última fracción se envía a la siguiente torre de fracciones, que a su vez se envía a la siguiente torre de fracciones. Esta última fracción se envía a la siguiente torre de destilación, donde se separan los gases de la gasolina.

Los procesos de refinado de petróleo crudo han evolucionado en respuesta a la cambiante demanda del mercado de productos específicos. Con la llegada del motor de combustión interna, la función principal de las refinerías pasó a ser la producción de gasolina, pero las cantidades disponibles de la destilación no eran suficientes para satisfacer la demanda de los consumidores. Los refinadores empezaron a buscar formas de producir más y mejor gasolina y para ello desarrollaron procesos para refinar el crudo de dos maneras: rompiendo las moléculas de hidrocarburos grandes y pesados y reconstruyendo o convirtiendo las moléculas de hidrocarburos.

Una vez que la gasolina sale de la refinería, tras un cierto tiempo de almacenamiento, se transporta a los depósitos, desde donde se lleva a las gasolineras y luego se vende a los consumidores. La gasolina es vital para la red mundial de transportes, ya que es el principal combustible que alimenta los motores de combustión interna que impulsan la mayoría de los vehículos de motor y otros sistemas de transporte, como trenes, barcos y equipos industriales.

Destilación para producir gasóleo o gasoil
El gasóleo es un hidrocarburo que se obtiene de la destilación del petróleo crudo. Para ello se utiliza una «torre de craqueo» en la que se introduce y calienta el crudo. El vapor se condensa y el residuo se utiliza para producir grasas, aceites pesados y fibras textiles. El vapor licuado se calienta de nuevo y en esta segunda destilación se obtiene fuel-oil. La siguiente destilación produce gasóleo, la siguiente destilación produce parafina, la siguiente destilación produce gasolina y la destilación de la gasolina produce nafta.

Cada proceso de destilación produce un hidrocarburo más ligero que el anterior, y el residuo se utiliza para fabricar todo tipo de productos, desde fibras textiles hasta aceites pesados y medicamentos. A continuación, se purifica cada destilado y se le añaden aditivos para hacerlo más eficaz, menos contaminante y más estable químicamente.

El gasóleo recorre un largo camino desde el pozo hasta la gasolinera.
Hay tres tipos de gasóleo disponibles en el mercado. El gasóleo A, que es apto para su uso en vehículos de motor. El gasóleo B, que se utiliza en la maquinaria agrícola, las embarcaciones y los vehículos matriculados. El gasóleo C se utiliza en las calderas porque contiene un alto porcentaje de parafina, lo que le confiere un alto poder calorífico.

Debido al mayor número de carbonos, el gasóleo es más pesado que la gasolina y se evapora mucho más lentamente, pero tiene un poder calorífico mucho mayor. Debido a su mayor poder calorífico y a su mejor proceso de combustión, el gasóleo es un 30% más eficiente que la misma cantidad de gasolina. Sin embargo, también hay que tener en cuenta que se necesita un 25% más de petróleo para producir gasóleo. Por lo tanto, si consideramos la eficiencia del combustible sobre la base del «equivalente en petróleo», un motor diésel obtendrá un 20% más de kilometraje que un motor de gasolina.

Sin embargo, las diferencias entre ambos combustibles no son suficientes; también hay que tener en cuenta el impacto medioambiental. La gasolina produce más dióxido de carbono (CO2) porque hay que quemar más cantidad para conseguir el mismo efecto que el gasóleo, lo que contribuye más al efecto invernadero, mientras que el gasóleo produce más óxidos de nitrógeno y hollín, que también pueden causar lluvia ácida y smog o la neblina fotoquímica que se observa cerca de los grandes centros urbanos.

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