Qué es un estadal y para qué sirve cada uno
Los estadios, también llamados telescopios, se utilizan como herramientas de medición para las balanzas. Existen varios tamaños, pero todo depende de cuál se adapte a las necesidades del usuario. Junto con un plano, este instrumento ayuda a los profesionales a calcular las irregularidades del terreno o de los polígonos.
Aunque parece sencillo, su uso requiere cierta pericia y experiencia por parte del medidor, ya que sus lecturas están especialmente marcadas en decímetros, es decir, hay una línea divisoria por cada diez centímetros, que a su vez está separada por un color para formar la letra «E» correspondiente a 5 centímetros, y finalmente cada 1 centímetro está dividido en varias divisiones, destacando que en la parte inferior son sólo marcas, además del número que marca cada decímetro.
A pesar de conocer la sencilla estructura de la regla del estadio, su lectura no es del todo sencilla, ya que el formato de sus divisiones hace que sea en gran medida mental, lo que requiere una buena visualización, una idea clara de cómo se determinan los números y, sobre todo, como ya se ha dicho, mucha experiencia. Para una persona sin experiencia, esto puede ser complejo y confuso debido a los numerosos factores que intervienen, especialmente cuando se mira el objetivo a través del ocular del nivel y se determina el resultado numérico de cada punto del campo de medición.
Puede afirmarse que el uso correcto de un instrumento de este tipo depende de varios factores, entre ellos la habilidad del usuario o de la persona responsable de la medición, pero también del método de medición y del ajuste del nivel, que forma parte de los conocimientos del topógrafo. Hay que tener en cuenta que en ningún caso hay que descartar un indicio de error de medición, que puede producirse de dos maneras, accidentalmente o de forma sistemática, ambas peligrosas para obtener resultados significativos, pero que también pueden preverse y corregirse.
Si el instrumento no es claramente visible o legible, esto puede suponer limitaciones para el observador y así se produce el llamado error de medición accidental. Otra situación es la de los errores sistemáticos, que se producen cuando el instrumento no está correctamente ajustado, pero estas desviaciones calculadas pueden detectarse a tiempo mediante determinadas fórmulas.
Con la experiencia se puede mejorar el uso del instrumento, pero esto requiere paciencia, práctica y habilidad por parte del medidor.