Que materias primas requiere la industria automotriz

Que materias primas requiere la industria automotriz

Acero, plástico, carbono y cáñamo: los vehículos modernos se fabrican con una gran variedad de materiales. Las innovaciones en los materiales son la base de los nuevos conceptos de vehículos.

Durante los últimos 130 años, los ingenieros han desarrollado, probado y utilizado diferentes materiales para construir sus coches: el pionero Gottlieb Daimler construyó su vehículo con madera. Otro ejemplo de la búsqueda de alternativas fue un coche hecho de plástico en los años 50, el Trabant. Así, podemos nombrar toda una serie de vehículos que se fabricaron con materiales que no tienen nada en común con los que utilizamos hoy: acero, aluminio, carbono y aleaciones.

Además de estas materias primas, la industria del automóvil está creciendo con el desarrollo de materiales híbridos y fibras naturales (como el lino y el cáñamo) o plásticos reciclados. Además, los fabricantes y proveedores buscan materiales que reaccionen a las influencias externas y cambien su forma.

Sin necesidad de programas informáticos ni circuitos eléctricos, estos materiales autoformables utilizan electricidad, fuerzas magnéticas, calor y luz, aire comprimido o reacciones químicas. Este tipo de material con memoria de forma se utilizará principalmente en los asientos de los coches. Permitiría que los asientos prescindieran de los dispositivos biométricos automáticos y se adaptaran a los contornos de la persona sentada en ellos.

El desarrollo de plásticos electroactivos, que generan electricidad bajo la influencia de fuerzas mecánicas y viceversa, permitirá construir una minicentral eléctrica que contenga literalmente un motor y un sistema hidráulico. Cuando se enciende, el usuario genera suficiente electricidad para alimentar dispositivos portátiles como smartphones o wearables. En el futuro, podría ser posible incorporar estos materiales a las ruedas de los coches para que puedan cargar las baterías del vehículo mientras se conduce.

Otro material que desempeñará un papel fundamental en los coches es la madera, una materia prima extremadamente versátil. Es extremadamente resistente a la flexión y tan fuerte como el aluminio, pero muchas veces más ligero que sus homólogos metálicos y sintéticos. Por lo tanto, la madera es adecuada para los elementos de carga, los paneles interiores de los coches o para la protección contra impactos laterales en las puertas.

Además de la madera, también se utilizan otras materias primas renovables como el cáñamo, el algodón y el lino para la construcción de automóviles. Por lo general, estos materiales naturales se ocultan en los suelos de las botas, los paneles o los revestimientos del suelo. En la actualidad, se utilizan diferentes biomateriales en algunos modelos, como la soja, el aceite de ricino, la paja de trigo, el kenaf, la celulosa, la madera, el coco y el arroz.

Uno de los principales problemas de la industria del automóvil es cómo hacer que los coches, especialmente los eléctricos, sean más ligeros y, por tanto, más eficientes. El material elegido para este reto es el carbono. Este «supermaterial» pesa sólo la mitad que el acero y un tercio que el aluminio, pero es caro y complicado de producir. Además, en caso de accidente, el material puede fisionarse de forma incontrolada, sin posibilidad de reparación. Por lo tanto, el carbono tiene una utilidad limitada en la producción de vehículos de motor a gran escala. Por ello, las aleaciones de aluminio y acero son buenas alternativas para reducir el peso. Sin embargo, los procesos de fabricación convencionales suelen imponer graves limitaciones a las estructuras ligeras.

Planteamientos completamente nuevos, como los procesos de fabricación incremental, como la fusión selectiva y el sinterizado por láser -proceso para producir piezas formadas por sólidos-, la impresión 3D, la estereolitografía y el modelado por deposición fundida, suponen un gran paso hacia la utilización de principios de diseño naturales, como las estructuras de panal o de malla, que requieren mucho menos material y contribuyen así a la conservación de los recursos.

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